Hay muchas cocinas, producto excelso, tradicional, más o menos elaborada, vanguardista… Me gustan todas, pero cuando de algo sencillo, tan sencillo -y casi olvidado- como unas manos, rabos, oreja y cara de cerdo consigues relamerte y disfrutar como un enano parece que la cocina es magia, cocina con mayúscula.
Con vuestras partes de cerdo favoritas: rabos, orejas, careta, manos,… se puede preparar esta receta. No soy gran consumidor de vísceras, pero estas partes son deliciosas, sabrosas, gelatinosas,… Si además tenéis a mano unos níscalos el resultado será excepcional; la carne y las setas se complementan estupendamente.