Para realizar esta sencilla y humilde receta me he imaginado una ensalada de rabanitos, tan fresca y rica en un caluroso día de verano. Su sabor profundo a tierra, con un regusto picante, aderezado con aceite y un toque de vinagre o limón.
Aprovechando que tenía unas naranjas sanguinelli, he cocido estos nabos en una infusión de sus pieles que ha aportado un sabor cítrico muy interesante. En casa la hemos tomado como puré pero podríamos haber realizado una crema, añadiéndole un poco de nata o leche. Con un poco de patata podríamos acompañar cualquier carne.
Ingredientes
- 1/2 k de nabos
- 1 patata
- la piel de una naranja
- 2 c/s de aceite de oliva virgen
- 1/2 c/c de jengibre en polvo
- caldo de ave y verduras
Proceso
Pelar los nabos y la patata y trocear. Sacar toda la piel de la naranja con cuidado de no coger la parte blanca.
En una olla de hierro fundido poner el aceite y cuando este caliente marcar el nabo y la patata. Dar unas vueltas sin que coja color, añadir el jengibre y la pieles de naranja y cubrir con el caldo. Cocer hasta que este tierno.
Sacar el nabo a una batidora, emulsionar con un poco de aceite de oliva y añadir caldo según lo queramos de espeso.
Emplatar rallando un poco de piel de naranja por encima.
La patata no la he puesto para no desvirtuar el sabor de los nabos, pero le va perfectamente al puré. El ponerla en el caldo ha sido para que soltase su almidón y tuviera un poco mas de consistencia.