Hay quien dice que la carne de las alitas de pollo es de las mas finas y otros que tienen mucho colesterol; puede que todos tengan su parte de razón pero lo que es del todo cierto es que esta receta está para chuparse los dedos. Para elaborarla he partido de unas alitas de pollo de campo que tenía reservadas para hacer un caldo y con ellas he podido preparar dos recetas.
He utilizado la parte del antebrazo para este plato y el resto para hacer un buen caldo. He retirado el exceso de piel que rodea el hueso del codo y he dejado los muslos para esta preparación. Para completar el plato lo acompañamos de un arroz basmati con pasas.
Bien vamos con la receta.
Ingredientes
- 12 alitas de pollo de campo
- 1 cebolla blanca
- 1 cebolla roja
- 1 puerro
- 1 calabacín
- 1 bote de leche de coco
- 1 c/c de cúrcuma
- sal y pimienta recién molida
- 3 c/s de aceite de oliva virgen extra
Para el arroz:
- 2 tazas de café de arroz basmati
- una nuez de mantequilla o aceite de oliva
- 1 cebolleta tierna roja
- pasas sin pepitas
Proceso
En primer lugar limpiar bien las alitas; de las tres partes que tiene el ala del pollo nos quedamos con el muslo y dejamos el resto para un caldo. Una vez que tenemos el muslito quitamos toda la piel que rodea el codo y si fuese necesario las quemamos un poco con el soplete de cocina para quitar todos los restos de plumas. Reservar.
Cortar la verdura en dados de unos dos centímetros aproximadamente y reservar.
Poner 3 c/s de aceite, si fuese necesario añadimos mas, en una olla donde quepa bien toda la carne. Cuando este caliente, añadimos las alitas y las vamos dorando. Las retiramos del fuego y en este mismo aceite sofreímos la cebolla y el puerro en primer lugar y después añadimos el calabacín. Cuando la verdura esté al dente incorporamos de nuevo las alitas, salpimentamos, echamos cúrcuma al gusto, damos unas vueltas a todo y añadimos la leche de coco. Dejamos reducir a fuego medio-suave unos 15 o 20 minutos, según la dureza de la carne, y listo. Es importante agitar la leche de coco para que salga toda la pulpa.
Mientras se termina el pollo elaboramos el arroz siguiendo las instrucciones del fabricante, después lo enfriamos bien y lo escurrimos. El truco para que nos quede perfecto consiste en, una vez bien escurrido, extenderlo en un paño de cocina para que se seque bien y pierda toda el agua. A continuación poner en una cazuela la mantequilla o el aceite, según prefieras, rehogar la cebolla roja que teníamos bien picadita y añadir el arroz con las pasas. Damos unas vueltas para integrarlo todo hasta que este en su punto.