En la huerta, a mediados del mes de agosto, mis padres hacían conserva de tomate pera para abastecer la despensa durante todo el invierno. Recuerdo a las mujeres en mesas largas, escaldando y pelando estos tomates que después con mucha habilidad metían en botellas. Con ellos, mi madre elaboraba desde la famosa ensalada murciana hasta un tomate frito como el que he elaborado hoy en casa, un tomate dulce con textura de mermelada en el que mojabas media barra de pan.
En mi casa era muy habitual el bacalao frito con tomate. Para esta receta se utilizaba un bacalao fino en salazón, que mi madre compraba entero y que después de desalarlo bien, lo secaba, lo freía y en el mismo aceite hacía un tomate frito para después juntarlo todo. Aquel bacalao estaba delicioso; dulce como si estuviese confitado en el tomate.
Hoy he querido aprovechar los recuerdos de aquellos sabores para elaborar un bacalao confitado en aceite de oliva con su tomate frito. Espero que os guste.
Para elaborar este tomate ademas de una materia prima de calidad necesitamos mucha paciencia.
Ingredientes
- 1 k y 1/2 de tomates maduros
- 6 c/s de aceite de oliva virgen extra
- 2 c/c de azúcar
- sal
Proceso
Lavar bien y hacer una cruz en la piel de los tomate, escaldarlos y sacarlos a un bol con agua muy fría.
Pelar los tomates y
trocearlos
Poner el aceite en la sartén a fuego fuerte y, cuando esté bien caliente añadir los tomates troceados
Pasados unos minutos bajar el fuego a intensidad media, añadir el azúcar y un poco de sal.
Cuando hayan transcurrido aproximadamente una hora y cuarto, tendrás un tomate frito de primera, que podrás acompañar como hemos hecho hoy en casa con un bacalao confitado. Ojo, solo con pan esta para chuparse los dedos.