Ya de pequeña me encantaban y es raro pues tienen sabor a tierra, como dicen del vino, a minerales. No es muy normal que a una niña le suelan atraer esos sabores pero todavía hoy me siguen gustando. Recuerdo que mi padre las odiaba, había comido tantas en la guerra que no las quería ni ver.
Es una legumbre sencilla, pobre diría yo, que según he leído posee una alta concentración de nutrientes. De siempre se ha dicho que eran ricas en hierro y aunque es cierto abunda más y se asimila mejor el que contiene la carne roja, también zinc y selenio. Este último es un mineral antioxidante que protege a las células del organismo humano de la oxidación provocada por los radicales libres que está tan de moda. Pero bueno, a mí no me gustan por todo esto sino por su sabor. Y como mejor están es como las hacía mi madre: sencillas.
Ingredientes para 4 personas
- 1 puñado de lentejas de la variedad pardina por persona
- 1cebolla
- 1 zanahoria grande
- 1 tomate pelado
- 1 puñado de judías verdes redondas o de la manteca
- 2 rodajas de chorizo casero por persona
- 1 patata pequeña por persona
- 1 cucharadita de pimentón dulce, una hoja de laurel y una cabeza de ajos pequeña
- 1 cucharada de aceite por persona
- Picatostes de pan del día anterior
- Almendras tostadas
Modo de hacerlo
Ponemos en remojo las lentejas por la mañana temprano.
Cortamos la cebolla, la zanahoria, el tomate, las judías, el chorizo, pelamos las patatas y reservamos.
Sofreímos la cebolla a continuación añadimos el tomate picado después rehogamos un poco la zanahoria y la judías, agregamos el pimentón y lo ponemos todo en la olla donde lo vamos a guisar. Echamos a la olla las lentejas y el resto de ingredientes, añadimos agua hasta que cubra todo y ponemos a guisar el tiempo necesario según nuestra olla. Cuando está guisado trituramos todo menos los ajos y pasamos por el chino.
Preparación del plato:Ponemos una ración de puré y añadimos los picatostes y unas almendras tostadas picadas. Si nos gusta también está muy rico con un poco de huevo duro picadito.
Ya era hora; ya echaba de menos tus aportaciones!!! A ver si coges carrerilla.
Puré de lentejas fue la base de mi alimentación (por decir algo) desde los 2 años hasta una edad indecente que no voy a dejar por escrito. Por lo visto era lo único que me gustaba y conseguí que en mi casa se rompieran varios chinos, cosa que a priori parece imposible.
Por cierto, mi madre siempre me daba de postre zumo de naranja para que se absorbiera mejor el hierro de las lentejas. Siempre pensé que era otro vil truco para que tomara fruta, pero cuando un día en la carrera me explicaron que aquel cuento tenía una base científica, empecé a mirar a mi madre con otros ojos…
Así que, muchas gracias Srañora por haberme hecho recordar tantas cosas con tu post y un pequeño homenaje desde aquí a todas las madres que nos habéis preparado alguna vez puré de lentejas (agradecimiento enfatizado a mi madre por criarme y a la Srañora por haber vuelto a ilustrarnos!)
PD: Pablo, como ya nos conocemos… te anticipo que el pequeño «alioli» aún no tiene la edad recomendada para comer legumbres. Pero sí, vale, voy comprando el chino.
Me identifico totalmente con tu padre. Por suerte yo no viví la guerra, pero sabes que odio las lentejas tanto como él.
Reconocer con el tesón y cariño que las haces pero comerlas, sinceramente, es un sacrificio.
A mi me castigaban con pure de lentejas y picatostes toooodos los malditos miércoles y mientras yo intentaba tragarlas mi madre me recordaba cosas como «son muy sanas», «hay que comer de todo» y, la más importante, «como no te las acabes las cenas!!!!!!» :-SSS
Bueno Isa, esa etapa ya la has pasado y ahora sin prejuicios y olvidando un poco esos malos recuerdos procura disfrutar de ellas como si de un placer adulto se tratase. Besos
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