Es difícil encontrar una persona a la que no le guste el chocolate, incluso para algunos llega a ser adictivo; pero la mezcla del chocolate con la avellana es especial; fina y deliciosa.
Las tartas emblemáticas de las celebraciones en casa de mi abuela Mercedes, eran la famosa tarta de galletas y la tarta de moka. Tarta de moka la hacían con un magnífico bizcocho casero, embadurnado con la famosa crema de café y que llevaba, para rematarla, una deliciosa capa de avellanas recién tostadas que le daban un sabor y un olor que todavía hoy recuerdo.
El sabor de la avellana es tan sutil que hay que protegerlo pues, facilmente, se oxida y se enrancia.
Si os gustó el brownie de pistachos no pasar por alto esta combinación con avellana. Sigue leyendo