Boquerones en vinagre

¡Llega el verano y yo quiero boquerones en vinagre! Así que por si os pasa lo mismo, ahora que acabamos de empezarlo, aquí os dejo mi receta. Conste en acta que la receta es de la srañora pero últimamente está muy ocupada por lo que me he visto obligado a adelantarme.

Es uno de esos recuerdo que tengo grabados a fuego: verano, poco antes de comer, mi madre ultimando la comida, pan integral, bandeja de boquerones, aceite, ajo y perejil… ¡Qué rico! Un sabor que se mantiene igual año tras año, cada verano…

No obstante en el proceso, de unos años para acá, se ha colado el congelado de los boquerones. Si bien es cierto que todas las precauciones son pocas, siempre que la salud está en juego, no lo es menos que en casa los hemos estado comiendo sin moderación ni congelación durante más de 20 años (de mis casi 30). Los gusanitos del anisakis doy fe que existen, los he visto en pescados que he comprado bien frescos, pero me surgen muchas cuestiones: ¿siempre se ven (me refiero por su tamaño)?, si los matamos ¿aun pueden dar problemas, reacciones alérgicas?, ¿puede causar la intolerancia absoluta al pescado como me ha contado alguna persona?… No me resulta excesivamente fácil aclarar todo esto; a ver si investigo y preparo una entrada del tema. Sea como fuere, desde aquí os recomendamos congelar todo pescado que no vayáis a consumir cocinado.

Ingredientes

• Boquerones o anchoas frescas (al menos ½ kg, que ya que nos ponemos)
• Sal
• Vinagre de manzana o similar (que no sea muy fuerte es importante)
• Aceite de oliva
• Ajo
• Perejil

Proceso

Limpiamos los boquerones retirando cabeza y tripas, espina, escamas y separando los dos lomos. Si tenéis suerte, confianza o un pescadero majo que os haga la faena  o parte pues mejor.

Congelad por un espacio de 24 horas. Descongelad.

Disponemos en un recipiente los boquerones con la piel hacia abajo, salamos ligeramente y cubrimos con vinagre. Se pueden ir haciendo capas si llevamos cuidado de no amontonarlos en exceso para asegurar que el vinagre llega a todos sitios. Dejar macerar con la sal y el vinagre por espacio de 4 horas en la nevera.

Escurrir el vinagre y secar. Disponer en otro recipiente salpicar de ajo laminado y perejil picado; cubrir con aceite de oliva. Dejar reposar en la nevera unas horas para que los sabores se integren. A veces cuesta aguantar…

Aguantan perfectamente en la nevera 5 ó 6 días pero ya os digo que no durarán tanto.